Mi vida a los 50

Buenos días a todos. ¿Ha cambiado mi vida después de cumplir los cincuenta? En mi caso sí ha cambiado, pero no ha sido porque de repente sea yo como la abuelita de Caperucita, pero moderna,

sino porque ha sido cumplir los cincuenta y la única de mis hijos que quedaba en casa también se  ha ido a estudiar fuera. Por ello es que en una casa en la que siempre había ruidos, jaleos, risas, gritos, carreras por las escaleras, ahora es una casa en la que reina el silencio. Cuando antes tenía que hacer encaje de bolillos entre sus clases, extraescolares (las de ellos, no de las que habla Boticaria García), mi trabajo y mis extraescolares (tampoco hablo de las de la Boti), ahora me sobra tiempo. Sí, sí señoras y señores, me sobra tiempo, lo que no quiere decir que cuando llego la noche caigo desmayada en la cama en cero coma, que los madrugones nunca fueron buenos y una ya empieza a tener una edad. Pero.... sí sí, me da tiempo para mí, para el trabajo, para mis extraescolares y para las otras también 😜.

Y que decir de la casa, como los chorros de oro oiga, y ¡¡¡como están las habitaciones de los niños!!!, todo en su sitio, colocado, esos armarios con todo dentro, esas sillas sin montones de ropa, esas mesas de estudio y ¿¿¿su baño??? ¡¡¡cada cosa en su sitio!!! un primor oigan. 

(no es su baño pero perfectamente podría ser, así de ordenado está....hasta que vengan)

Por eso mi vida ha cambiado, a excepción de las vacaciones que esto vuelve a ser como el camarote de los Hermanos Marx, siempre te encuentras a alguien en algún lugar y siempre alguien te pide que le lleves a algún sitio o que hagas algo con alguno, así que MI tiempo entonces ya se reduce a mínimos, pero que conste que cedo mi tiempo encantada, ya que como dice el costillo "modo ON mamá gallina".

Y mi vida a los 50 prepandemia pues era una vida rica 1.0, rica en amigos, en mil y una cosas que hacer con ellos, con el costillo, y mi trabajo, por supuesto. Pero ahora pues todo ha dado un giro, durante los meses del confinamiento 2 de 3 estaban en casa, ya que el sábado antes del cierre cogimos el coche y nos fuimos a buscarlas mientras ellas hacían maletas para un mes. Así que pasamos un confinamiento disfrutando, a pesar de todo, de estar juntos en casa aunque con mucha preocupación porque uno de ellos no podía venir. En septiembre con esa vuelta a la normalidad, ellas regresaron a sus estudios presenciales y de nuevo me vi en una casa vacía y con muchas limitaciones a la hora de la vuelta a la normalidad. 

El trabajo pasó de ser 100% teletrabajo, a alternar días de teletrabajo con días presenciales. Y ya. Con todo cerrado poco más se puede hacer que ir a trabajar, salir al super (todo un planazo) y visitar a mis padres. Así que abro de nuevo esta ventana al mundo virtual.